Científicos mexicanos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) han desarrollado un tipo especial de concreto, capaz de generar energía solar con rayos UV.

¡Necesitamos un futuro sostenible! No hay alternativa a los problemas que ya hemos causado al medio ambiente. Si no cambiamos la forma en que conducimos las cosas, no será posible mantener la vida en la Tierra. La construcción civil -especialmente en hormigón-, por ejemplo, es una de las actividades que realizamos que más contribuyen a la emisión de gases contaminantes que conducen al agravamiento del efecto invernadero y el cambio climático en nuestro planeta. Sin embargo, los científicos han estado investigando soluciones para paliar la situación; y una de las respuestas que ya se han dado al problema es el hormigón fotovoltaico.

La revolución de la construcción sostenible

Una de las ingenierías más relevantes en la actualidad es la Ingeniería Energética. ¿Sabes porque? Ante algunas crisis mundiales, se ha incrementado el número de inversiones en energías renovables, como la energía solar, que es cada vez más accesible. En este sentido, el foco del trabajo de muchos investigadores es explorar la capacidad de algunos materiales y elementos utilizados en la construcción civil para generar electricidad. Proponen que sería posible usarlos para producir energía, redirigir a la red eléctrica del consumidor, alimentar automóviles, cargar teléfonos inteligentes y más.

Imagina una realidad donde tuviéramos plazas, casas, infraestructura y parques produciendo energía. Ya tenemos modelos de pisos y techos que transforman la energía solar en energía eléctrica, ¿no? Pero ahora, los científicos mexicanos Orlando Gutiérrez Obeso y Euxis Kismet Sierra Marques, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), han desarrollado un tipo especial de concreto, capaz de generar energía solar con rayos UV.

El nuevo hormigón fotovoltaico para la construcción civil

Orlando y Euxis han desarrollado un producto que podría revolucionar e incluso ampliar el mercado de la construcción sostenible, que busca materiales más beneficiosos para el medio ambiente. Es un hormigón fotovoltaico que genera electricidad a partir de la radiación solar. El mismo se produciría con perovskita, un tipo de mineral de óxido de calcio y titanio y una alternativa más rentable a las células solares de silicio. Pero esta es una idea que, por ahora, solo ha sido probada a pequeña escala.

Los científicos lo probaron con un polvo de cemento a nanoescala, con partículas de menos de 100 nanómetros. Sintetizando los materiales para desarrollar una perovskita y vinculándolos al óxido de titanio, desarrollaron células de Gratzel, es decir, células solares orgánicas, inventadas en la década de 1990. demostraron ser capaces de absorber energía solar, luz artificial y rayos UV, y generar energía eléctrica.

Esto significa que sería posible crear obras, desde aceras hasta losas de cimentación, puentes, muelles de carga de dispositivos móviles, dispositivos de iluminación arquitectónica, entre muchos otros, ¡capaces de generar su propia energía solar de manera sostenible!

Fuente: Ingeniería360